
¿Qué es el Chunking?
El chunking (del inglés “chunk”, que significa trozo o bloque) es una técnica fundamental de la psicología cognitiva que consiste en agrupar la información en unidades más grandes y significativas para facilitar su memorización.
Se basa en una observación clave: nuestra memoria de corto plazo solo puede retener de 5 a 9 elementos a la vez. Sin embargo, si esos elementos se agrupan en bloques conocidos, cada bloque se percibe como una sola unidad mental.
Ejemplo práctico
Tomemos la cadena “IBMCNNUSA”. Recordarla como 9 letras sueltas es difícil. Pero si la dividimos en tres bloques —“IBM”, “CNN” y “USA”— resulta mucho más fácil, ya que cada uno representa algo conocido.
Esto es chunking: reducir la carga cognitiva mediante agrupaciones con significado.
Base científica del Chunking
Esta técnica fue popularizada por el psicólogo George Miller, quien descubrió que la capacidad de la memoria inmediata se puede ampliar si organizamos los datos en patrones. Por ejemplo, “149217761941” puede memorizarse fácilmente al reconocer tres fechas históricas: 1492, 1776 y 1941.
Neurológicamente, el chunking ayuda a transferir información desde la memoria de trabajo hacia la memoria a largo plazo, organizándola mejor y reduciendo el esfuerzo mental.
Aplicaciones cotidianas
Lo usamos sin darnos cuenta: recordamos tarjetas bancarias en bloques de cuatro cifras, organizamos listas de la compra por secciones, estudiamos dividiendo un temario en unidades temáticas.
Incluso al aprender una canción o al dar una charla, dividir la información en fragmentos (chunks) ayuda a integrarla más rápidamente.
Pregunta clave: ¿Cómo puedo reorganizar lo que quiero aprender en bloques lógicos, simples y significativos?
Ventajas del Chunking
Esta técnica transforma la tarea de memorizar muchos datos aislados en la memorización de unos pocos grupos significativos. Reduce la sensación de saturación mental y favorece la comprensión al asociar los datos con categorías o significados previos.
Facilita el repaso: puedes repasar chunk por chunk en lugar de cada elemento por separado, lo que agiliza el proceso. Se combina muy bien con otras estrategias como la mnemotecnia, los mapas mentales o la práctica espaciada. Al construir bloques pequeños de información y luego integrarlos, se forma un conocimiento complejo de manera progresiva.
Limitaciones o desventajas
El chunking no es mágico: requiere que el estudiante pueda detectar patrones o tener referencias previas para agrupar correctamente. Si la información es completamente nueva o sin estructura aparente, es más difícil chunkear.
Además, si se agrupa de forma incorrecta, se pueden generar confusiones. No sustituye la comprensión profunda: ayuda a recordar datos, pero no garantiza que se comprendan. Por eso, debe aplicarse con criterio y acompañado de reflexión.
Casos reales de éxito
En campeonatos de memoria, los participantes usan chunking para memorizar miles de dígitos, agrupándolos en patrones mentales. Un caso famoso es el de un estudiante promedio que, con chunking basado en su afición al atletismo, pasó de memorizar 7 dígitos a recordar 79, agrupándolos como tiempos de carrera.
También lo usan lectores rápidos (agrupan visualmente palabras en bloques) y políglotas (aprenden frases completas como unidades de sentido, en lugar de palabra por palabra).
Chunking y aprendizaje acelerado
Según comparativas de técnicas de estudio, el chunking permite un aprendizaje más rápido porque simplifica la cantidad aparente de información. Cada bloque representa múltiples datos que, al ser integrados con significado, se retienen mejor y con menos esfuerzo.
En esencia, el chunking no solo mejora la memoria: transforma la forma en que enfrentamos el conocimiento complejo, haciéndolo accesible, ordenado y menos abrumador.